Salvo que estés pensando en cruzar a tu perro, lo mejor es que lo esterilices. Es una forma sencilla de evitar crías no deseadas y puede mejorar también la salud de tu perro.
En el caso de las hembras, la esterilización o extirpación de los ovarios sirve para:
- evitar la atención no deseada de perros macho cuando entran en celo;
- evitar el sangrado dos veces al año durante el celo;
- evitar gestaciones no deseadas;
- evitar falsas gestaciones, y
- reducir la propensión a enfermedades como tumores de mama.
En los machos, la esterilización o castración sirve para:
- reducir su tendencia a vagabundear en busca de hembras;
- evitar gestaciones no deseadas de perras residentes en la zona;
- evitar que muestren comportamientos sexuales no deseados, como la monta; y
- reducir el riesgo de problemas de salud como cáncer de testículos.
Las perras suelen esterilizarse antes de su primer celo o tres meses después. Así que entre los cinco y los seis meses es un buen momento para hablar con tu veterinario y fijar la fecha de la intervención quirúrgica.
Los perros pueden castrarse con éxito entre los siete y los ocho meses de edad, por lo que debes hablar con tu veterinario cuando el perro tenga seis meses.
Muchas personas rechazan la idea de esterilizar a sus animales de compañía y se les oye decir con frecuencia cosas como “es bueno que tengan una camada.” Aunque la operación no es una experiencia agradable para nadie, tu perro no será nunca tan aprensivo como lo puedas ser tú, y la operación puede hacer que viva más tiempo. Por lo tanto, salvo que seas un criador con experiencia, te recomendamos encarecidamente la esterilización.
Tendrás que prestar cuidados especiales a tu perro en la semana siguiente a la operación y comprobar que todos los puntos de sutura se mantengan limpios y secos. No te olvides de preguntar al veterinario por los cuidados que necesitará tu perro después de la operación.
