Para conseguir que tu perro te obedezca, intenta estos trucos básicos.
¡Tú eres el que manda!
Si dejas que tu perro reine libremente en tu casa, supondrá que es el jefe de la manada y que puede hacer lo que quiera. Debes ser estricto hasta que tu perro sepa cuál es el lugar que ocupa - nada de sofás, nada de camas, nada de golosinas. Y habla con él con voz tranquila, pero firme.
Actúa con coherencia
Si dejas que tu perro se suba a la cama y tu pareja lo echa, el perro se sentirá confundido. Por ello, todos los que conviváis con el perro debéis poneros de acuerdo sobre lo que se le permitirá y lo que no, y cumplirlo.
Debéis ser también coherentes con las órdenes. Tendréis más éxito con una orden sencilla como "No" que con una mezcla de "¡No hagas esto!" “¡Para!” y “¡Oi!” Pide a todos que utilicen las mismas órdenes y así será más fácil que tu perro entienda a cada persona.
No regañes a tu perro después de una travesura
Si llegas a casa un día y te encuentras tus zapatillas echas pedazos, será demasiado tarde para regañar a tu perro por haberlas mordido. Tu perro no relacionará algo que ha hecho en el pasado con lo que se le dice en el presente. Las reprimendas funcionan sólo cuando sorprendes al perro haciendo alguna travesura.
Repetir, recompensar y reforzar
Recuerda las tres R del adiestramiento. Repite los mismos ejercicios una y otra vez, con grandes dosis de halagos y montones de las golosinas favoritas de tu perro. Sigue repitiendo los ejercicios en días y lugares distintos para asegurarte de que el perro ha aprendido el comportamiento que quieres de él.
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