Al igual que nosotros, los perros pueden sentirse estresados por presiones de situaciones con las que no están familiarizados. Si aprendes a reconocer el estrés en tu perro, podrás ayudarle a superarlo y a estar más tranquilo.
Nuevas situaciones, como ir al veterinario o cambiar de casa, pueden hacer que tu perro se estrese. Es posible que observes que jadea, que se le cae mucho pelo o que suda por las almohadillas de las patas. Si utilizas una voz positiva que le tranquilice, y le felicitas con entusiasmo por responder a tus órdenes, puedes ayudar a que se tranquilice en un entorno nuevo.
Las personas desconocidas pueden causar también mucho estrés a tu perro. Tu perro puede reaccionar cerrando la boca, mirando hacia otro lado y bajando la cola y las orejas. Para ayudar a tu perro a relajarse, sitúate cerca de la persona desconocida y ofrece una golosina a tu perro. Muévete hacia el perro junto con la persona desconocida, dejando que sea él quien le ofrezca la golosina y luego aléjate de nuevo. Después de unas cuantas repeticiones, tu perro empezará a relajarse.
En una situación muy estresante – como el enfrentamiento con un perro mucho más grande –, tu perro puede esconder la cola entre las patas, chillar, orinarse o tratar de esconderse. Para aumentar gradualmente la confianza de tu perro, tienes que dejar que conozca al mayor número posible de perros nuevos. Una socialización temprana también ayuda con esto.
Si tu perro sigue sufriendo un estrés incontrolable, puedes solicitar la ayuda de un adiestrador profesional.
